Hace unos días la presidenta del Consejo Superior de Deportes firmaba con los presidentes de la RFEF y La Liga el Código de conducta para la ejemplaridad y transparencia en la gestión del deporte, invitando al resto de Federaciones Deportivas Españolas a suscribir y firmar el mismo.
El documento tiene por objetivo »crear dinámicas de colaboración y diálogo constructivo, basado en la honestidad, la resolución amistosa de los conflictos y el respeto mutuo entre los distintos actores del mundo del deporte español.», además «la adhesión a este Código de Conducta implica la aceptación de sus siete pilares éticos y el compromiso inequívoco de ejecutarlo dentro de las entidades o instituciones firmantes a través de sus normas y de mecanismos eficaces que garanticen su cumplimiento.«
El Código está compuesto por siete pilares éticos que pese a la buena intención del CSD no dejan de ser utópicos y en ocasiones controvertidos; con la legislación actual, la transparencia en las instituciones, especialmente en las deportivas, no es un punto dispensable sino algo con carácter legal y exigible, al igual que la ejemplaridad de directivos y gestores, estrechamente relacionada con el término anteriormente mencionado y que el nuevo documento presenta como evitable al no ser obligatoria la firma del mismo.
Resulta curioso que existiendo un Código de buen gobierno de las Federaciones Deportivas Españolas y existiendo Códigos propios en casi todas las Federaciones (las que no lo tienen se encuentran elaborándolo), desarrollados de manera más detallada y con mayor exigencia y rigor en cuestiones legales, el CSD elabore este documento como algo novedoso y enriquecedor al paradigma del compliance y buen gobierno deportivo cuando lo que genera es confusión respecto a la disponibilidad de ciertas conductas por parte de las Federaciones.
Pese a la escasa aportación del nuevo Código, es de agradecer cualquier intento de mejora en materia de buen gobierno por parte de las instituciones que, aprovechando la situación excepcional que vivimos deberían ver la oportunidad de realizar un ejercicio total de transparencia implementando de forma imperativa un Código de buen gobierno genérico para las Federaciones Deportivas Españolas y las instituciones deportivas de cualquier tipo que se relacionen con ellas, estableciendo puntos comunes de obligatorio cumplimiento que no dejasen lugar a la interpretación y que dotasen al mundo del deporte de la ética que se le exige a otras entidades.
Al cierre de este artículo ya son más de treinta entes federativos los que han suscrito el Código, lo que da a entender la voluntad del mundo deporte de generar un clima de confianza y respeto entre instituciones.
Paula es graduada en Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En la actualidad cursa la especialización en Derecho Deportivo de la Unión Europea y colabora en la organización de eventos deportivos internacionales.
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