El fútbol es, por excelencia, el deporte universal o, como de manera coloquial se conoce, el deporte rey. El deporte que aúna pasión y sentimiento con negocio. Negocio cuyos ingresos aumentan de forma exponencial gracias a las grandes figuras de los mejores clubes, que producen ganancias a nivel deportivo y económico. El fútbol siempre ha sido un deporte hecho para el espectador, el aficionado de a pie a pesar de que, actualmente, se ha convertido en un producto que sostiene a flote a las operadoras que pelean por los derechos audiovisuales de cada torneo: se trata de la famosa «Guerra del fútbol».
La regulación de los derechos televisivos lo podemos encontrar en la Ley General de Comunicación Audiovisual, concretamente en su artículo 21, donde se regula la compraventa de derechos exclusivos en las competiciones futbolísticas regulares. Se trata del sistema de adquisición y explotación de los derechos audiovisuales de las competiciones futbolísticas españolas regulares, regido por el principio de libertad de empresa establecido por la normativa de competencia. La aprobación de esta nueva ley trajo cierta paz Desde 2015 los derechos audiovisuales se venden de manera centralizada, es decir, cada equipo está obligado a ceder sus derechos de liga, cuya patronal es la Liga de Fútbol Profesional (actualmente, LaLiga) y de Copa del Rey, que se encuentra bajo el mando de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), añadiendo un nuevo sistema de reparto de los ingresos con determinados criterios que limitan la diferencia entre los clubes. Anteriormente se realizaba la cesión individualmente, pero tras la promulgación del Real Decreto 5/2015 del 30 de abril, se aglutinan los derechos de todos los equipos profesionales, es decir, los equipos de 1ª y 2ª División y se reparten a través de paquetes.
Adicionalmente, se establece que cada club asume una serie de contribuciones obligatorias para la promoción de la competición profesional y del fútbol aficionado, así como para las asociaciones de futbolistas, árbitros, entrenadores y preparadores físicos.
Este desarrollo de la legislación de los derechos audiovisuales continúa con la aprobación del Real Decreto 2/2018 del 12 de enero, que regula la contribución a la promoción del deporte de los clubes y entidades afiliadas a LaLiga a través de la aportación de un porcentaje de los ingresos derivados de la explotación de los derechos audiovisuales, concretamente de un 3,5%. Dicha contribución viene derivada del artículo 6 del Real Decreto 5/2015. Se trata de uno de los mayores hitos legislativos de la historia reciente del fútbol español al establecer:
- La obligación de los clubes de fútbol profesional de ceder las facultades de comercialización conjunta de sus derechos audiovisuales de retransmisión a favor de LaLiga y la RFEF.
- Un sistema de reparto de los ingresos obtenidos como consecuencia de dicha comercialización conjunta entre los clubes.
- La obligación de destinar parte de los ingresos obtenidos a la promoción y desarrollo del deporte.
Los clubes realizan, con esta nueva legislación, una aportación del 1% de los ingresos audiovisuales al fútbol aficionado y, por otra parte, se estudia aportar otro 1% al Consejo Superior de Deportes (CSD), así como una aportación adicional de un 0,5% para la protección social en el fútbol femenino y en la 2ª División B y para la financiación del asociacionismo en el fútbol. Por lo tanto, como podemos deducir, los derechos audiovisuales tendrán también una gran relevancia en el mercado de fichajes, y la consiguiente fiscalidad del mismo.
Alberto Sam es Graduado en Derecho y Alumno del Master de Derecho Deportivo Europeo (2020) de la Universidad Rey Juan Carlos
Honey
Muy interesante, saber todo lo que se cuece detras de una pelota. Me ha gustado mucho el articulo.