Como bien es sabido en los últimos años los eSports han ido creciendo en la sociedad moderna. Este deporte tan reciente tiene por ello algunos problemas, como por ejemplo la falta de regulación específica de los eSports, pero ello no evita que tanto los clubes como los jugadores de dichos clubes tengan que cumplir con ciertas obligaciones. La mejor opción para poder jugar tranquilos es la creación de una estructura legal sólida.
La mayor plataforma mundial de eSports, la ESL, suma ya más de 2.600 millones de jugadores en el mundo. Esta popularidad tan grande llega también a las pantallas como bien se puede ver en el último Intel Extreme Masters, el cual, repartió cerca del millón de dólares en premios y reunió a más de 170.000 espectadores en Katowice, una localidad polaca que cuenta con unos 350.000 habitantes.
Pero, no todo lo que reluce es oro, ya que aunque este aumentando de forma imparable el número de seguidores de los eSports aumenta la inestabilidad jurídica de este sector que, como ya hemos dicho, carece de una legislación específica. La abogada colaboradora de Easy offer y especializada en eSports señala que “el equipo no sabe cómo contratar o si debe de consolidarse como un club o como una sociedad. Hay una hoja en blanco en la que todo el mundo trata de poner su semilla”. A estas palabras aña que “los jugadores no saben que tienen que ser autónomos y los empresarios desconocen a qué figura jurídica acogerse”.
Lo más normal y habitual es que el club de eSports se constituya como una sociedad limitada, esto le otorga una personalidad jurídica propia además de que esta forma se consigue una mayor protección por
parte del administrador social ante una situación de insolvencia. Ainhoa Torreblanca aconseja esta vía y recuerda que no es posible optar por “las figuras de club deportivo elemental o básico, usadas en otros deportes que facilitan su creación y organización, pero que por el momento no sirven para los videojuegos”.
Además, la experta, expone que otra de las opciones que más se usan es la de la asociación, sobre todo para los equipos que son de un corte más modesto y que apenas obtienen ingresos y solo participan en competiciones de menor categoría.
Relación laboral
Uno de las mayores dudas que nos surgen es respecto a la relación laboral de los jugadores con sus equipos. Ya que no existe un contrato laboral como tal, los expertos aconsejan que al menos exista un contrato de carácter mercantil. En este contrato se establecería la cesión de los derechos de imagen de los jugadores profesionales y por la cual cobrarían una cantidad, variable, en función del nivel de cada jugador.
Los expertos opinan que la tendencia debe cambiar y acercarse cada vez más a la de un empleado. Esta es la opinión ya que, si observamos, el jugador profesional cumple con los requisitos que pide el Estatuto de los Trabajadores, regularidad, ajenidad, dependencia, remuneración y voluntariedad, por lo que su acceso al contrato laboral es obvio, lo cual supondría unas ventajas muy grandes para el jugador profesional.
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