La psicología es un aspecto fundamental en la sociedad. Es un campo tan importante como infravalorado en la vida cotidiana que nos ayuda a afrontar determinadas situaciones que se nos presenten en nuestro día a día. Por lo tanto, todos y cada uno de nosotros, necesitamos en algún momento de nuestras vidas la necesidad de realizar terapia para poder subsanar cualquier problema emocional que tengamos. Lo mismo ocurre con la psicología en el deporte, la cual se convierte en fundamental hoy en día para cualquier deportista de elite
Lo mismo se podría decir de los deportistas que, en cuyo caso, además de estabilidad mental y emocional, necesitan herramientas de entrenamiento para incrementar su rendimiento deportivo y sus habilidades. Se trata de la psicología en el deporte y del llamado «coaching».
En la psicología deportiva nos podemos encontrar emociones que afectan al rendimiento de forma negativa, como la inseguridad, la ansiedad o temores. El deportista puede sufrir diversos cambios en su situación personal o en su entorno, como pueden ser las lesiones o problemas personales. Ante estos casos debe tener la suficiente madurez, inteligencia y fortaleza mental para afrontar y superar los reveses de la vida y, para ello, es fundamental la figura del psicólogo deportivo que le ayude a adaptarse a los cambios y al manejo de las emociones.
Es importante, además, que el deportista no varíe sus costumbres y no pierda su esencia, es decir, que no abandone sus hábitos normales como tener los mismos amigos o visitar a sus familiares, así como volver al origen de todo cuando las cosas vayan mal para así poder recuperar fuerzas y volver a tener las ganas de practicar deporte de nuevo al máximo nivel.
Por otra parte, nos encontramos con el coaching, que es el proceso de entrenamiento y aprendizaje que permite al deportista mejorar su rendimiento y haga emerger sus habilidades y capacidades, traduciéndose todo ello en éxitos deportivos.
El coaching es importante, sobre todo, en el deporte base, donde hay una necesidad de vigilar intensivamente el desarrollo mental del deportista en edades tempranas. De modo que se mezcla deporte base y competición en categorías inferiores de menos de 20 años, lo que nos permite detectar de forma prematura:
- Problemas adaptativos: Se trata de la adhesión al deporte, aceptación de las normas o problemas de socialización.
- Problemas psicológicos: Ansiedad, estrés, frustrabilidad y falta de confianza, entre otros.
Estos problemas desembocan en el abandono del deporte y, con el cambio de edad, el deportista sufre cambios físicos, hormonales y motivacionales, así como aumento de cargas académicas y de responsabilidad deportiva. Y así, para que estos cambios no sean tan impactantes, es necesaria la presencia de coaches y psicólogos en las federaciones y clubes.
El objetivo final es mejorar la productividad y el rendimiento a través del coaching con el entrenador, que realizará la gestión de dotes de liderazgo gestionando sus propias emociones, mostrando empatía, haciendo escucha activa con el equipo, transmitiendo positividad y proponiendo metas mediante planes de acción personalizados. Se le enseña al entrenador, además, a comunicarse con su equipo y tenerles informados, saber escuchar, crear hábitos de trabajo saludables y detectar problemas emocionales, entre otros.
En definitiva, la psicología ayuda a afrontar las situaciones por las que pase el deportista fuera del deporte y a tener una estabilidad emocional, así como tener una suficiente inteligencia emocional, mientras que el coaching ayuda a incrementar el rendimiento y aprender habilidades mediante procesos de entrenamiento que conduzcan a alcanzar éxitos en el deporte.
Alberto Sam es Graduado en Derecho y Alumno del Master de Derecho Deportivo Europeo (2020) de la Universidad Rey Juan Carlos
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